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6 de octubre de 2017

SEVILLA: La creciente preocupación en materia de seguridad y el crecimiento de visitantes retos de futuro para El Alcazar



El Alcázar: un monumento por reinventarse


El pasado verano, el Ayuntamiento de Sevilla instaló una hilera de macetones en el entorno de la plaza del Triunfo para garantizar la seguridad de los visitantes que acuden a diario al Alcázar. El Alcázar fue en 2016 el segundo monumento más visitado de Sevilla por detrás de la Catedral.

Los Reales Alcázares de Sevilla afrontan una de las mayores transformaciones a las que se ha sometido el monumentoen toda su historia. A la creciente preocupación en materia de seguridad, sobre todo tras los atentados de este verano en Cataluña y el establecimiento del nivel 4 de alerta terrorista reforzado, se suma también que la normativa en vigor que afecta a este recinto es mucho más restrictiva que hace varias décadas, especialmente en lo que concierne a garantizar la accesibilidad universal y al crecimiento del flujo de visitantes, con cifras que lo colocan como el segundo edificio patrimonial más visitado de la ciudad, solo superado por la Catedral de Sevilla.

El Ayuntamiento, a través del alcaide del Alcázar, Bernardo Bueno, ha reconocido que el recinto tiene «necesidades imperiosas de resolver el problema de las colas». Y aunque asume que éstas han existido «siempre», sí reconoce que «las medidas de seguridad son nuevas» y que, por tanto, la forma de gestionar esta nuevo escenario les hace enfrentarse a una situación desconocida. Pero el gobierno municipal tiene claro que no va a quedarse de brazos cruzados ante esta problemática. «Nos ha tocado a nosotros hacerlo y no nos asusta», asegura Bueno. De hecho, el Consistorio ya ha anunciado una serie de medidas que están llamadas a revertir el estado actual del monumento para convertirlo en un recinto más seguro y en el que las colas de turistas en la plaza del Triunfo no sean las grandes protagonistas.

Entre ellas, el proyecto básico de reforma de la Puerta del León, el acceso del que actualmente hacen uso quienes visitan el Alcázar. Se trata, según Bueno, de una idea que «no inició este gobierno sino el del PP» y que ahora el ejecutivo de Juan Espadas «ha sacado a la luz y la ha puesto en exposición». Más allá de la paternidad de la intervención, los trabajos buscan liberalizar la entrada de los visitantes al patio del León, donde se regularía elacceso al monumento a través de la Casa Militar, situada en el ángulo suroeste del recinto y que, según el proyecto concebido por Francisco Reina, «ofrece en sus dependencias de planta baja condiciones favorables para resolver dichas funciones», las de acceso de visitantes al Alcázar. De hecho, el proyecto cuenta con el visto bueno del Patronato y de la comisión provincial de Patrimonio y, en consecuencia, con el de la Junta de Andalucía ya que la gestión de ésta depende de la Consejería de Cultura.

Pero el proyecto no ha logrado despertar la unanimidad buscada. Un viejo conocido de la ciudad, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), órgano consultor de la Unesco que ya mostrara su negativa a la construcción de la Torre Sevilla o a la rehabilitación de las Atarazanas, ha mostrado su recelo a esta reforma. Así, indican que el proyecto «no incluye el estudio de impacto patrimonial que indica la Guía de Icomos de 2011», ni tampoco «un estudio de las necesidades funcionales para la recepción, control y acceso de visitantes». Dos matices que hacen que los trabajos sean «incompatibles» con la consideración de Patrimonio Mundial que ostenta el monumento. Eso dicen en Icomos, porque lo cierto es que el alcalde, Juan Espadas, ya ha indicado en numerosas ocasiones que la opinión no es vinculante y que, por tanto, se debe huir de conflictos en este sentido. «Estoy harto de polémicas con ellos».

Haciendo gala de un cierto talante negociador, en una de las últimas reuniones del Patronato se aprobó la puesta en marcha de una comisión de trabajo para estudiar posibles mejoras en este proyecto básico de intervención sobre la Puerta del León. Un grupo de análisis en el que también participarán representantes de Icomos, a los que la dirección del Alcázar invitó en una reunión celebrada en Madrid, «para que nos aconsejen». En este sentido, Bueno insistió en lo positivo de esta visita, ya que, señaló, «es mejor explicar lo que queremos hacer in situ».

Pero no ha sido éste el único respaldo reciente a esta asociación. El pleno municipal de este pasado viernes respaldó de forma unánime una moción urgente presentada por el PP en la que se pedía la realización de un Plan Director para el Alcázar. En él se hablaba también de que en la redacción debían estar llamados a participar todos los agentes y colectivos implicados en este bien cultural, como representantes de Icomos, técnicos municipales, profesionales, empresas turísticas, hosteleros o comerciantes, entre otros. «Hágalo por el bien del monumento. No lo deje en saco roto», decía entonces la concejal popular María del Mar Sánchez Estrella al delegado de Cultura, Antonio Muñoz.

UN RECINTO MÁS SEGURO Este nuevo modelo de gestión del Alcázar en el que trabaja el ejecutivo de Espadas no será inminente. Principalmente porque el proyecto de reforma de la Puerta del León lleva aparejada una burocracia que lo dilatará todavía en el tiempo. Pero mientras se alcanza este cenit, el Ayuntamiento ya ha dado un paso al frente y ha aprobado nuevas medidas para el monumento que se precipitaron tras los atentados terroristas del pasado mes de agosto en Cataluña. A partir de ese momento, se optó por blindar el recinto con la instalación de una hilera de maceteros que protegen el entorno peatonal de la plaza del Triunfo y separan la cola de los visitantes de la cercanía de los vehículos que circulan por la zona.

Pero quizás una de las decisiones más importante fue la de ceder la dirección de la seguridad del recinto al Centro de Coordinación Operativa (Cecop), que pasará a tomar las riendas de la vigilancia del monumento. De este modo, el Patronato otorgaba plenos poderes en esta materia al Ayuntamiento y lo hacía basándose en los diferentes estudios e informes que al respecto había elaborado la junta local de seguridad y que, entre otros aspectos, hablaban de «un punto de inflexión» a raíz de los atentados perpetrados este pasado mes de agosto en Cataluña. Esta decisión, unida a la instalación de maceteros en la plaza del Triunfo, supuso, según el delegado municipal de Seguridad, Juan Carlos Cabrera, «un antes y un después» en la gestión de la seguridad del Alcázar. Aún así, y a pesar de que a partir de ahora será el Cecop quien se encargue de la dirección –incluso tendrán un despacho en el interior del monumento en el que desarrollarán su trabajo–, el recinto mantendrá los plantes de seguridad de los que disponía y que estaban en manos de una empresa de vigilancia privada.

De hecho, el alcaide reconocía que este empeño en la mejora de las condiciones de seguridad del conjunto del monumento no es algo nuevo. «Nosotros ya hemos hecho cosas. En estos dos años, por ejemplo, hemos duplicado el número de cámaras de seguridad», explicaba Bueno. Pero aún así, las medidas tendrán que continuar y, entre ellas, los responsables del Alcázar estudian «cambiar el flujo de entrada» y estudiar posibles alternativas para dinamitar las largas e interminables colas que generan cada día los visitantes. Lo cierto es que, aunque la seguridad sea ahora el tema prioritario para el Ayuntamiento en relación con el Alcázar, también se trabaja en otros frentes como la apertura de la cripta del Patio de Banderas como espacio expositivo y la equiparación del modelo de gestión con el de la Alhambra. En este sentido, se aboga por fomentar la venta de entradas por internet y la incorporación del cupo de horas.

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