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13 de octubre de 2014

Vigialntes de seguridad "a las puertas del ébola"


Un hospital con el acceso controlado

“Hay vigilantes de seguridad en la quinta”, aseguran dos auxiliares que acaban de terminar el turno de trabajo y piden anonimato. Las dos mujeres solicitan a la periodista que se transmita un mensaje de tranquilidad a la sociedad desde los medios. “Ahora está todo mucho mejor, hay una psicóloga y una psiquiatra que nos preguntan y están preparando nuevos cursillos por si hace falta personal de relevo para la sexta”, añaden. En la sexta planta está Teresa Romero desde su ingreso el pasado lunes. En este piso el acceso siempre ha estado limitado al personal con tarjetas de acceso.

Cada día, al filo de las tres de la tarde, se produce el relevo de los furgones policiales. Salen dos y entran otros dos por la puerta principal del hospital público Carlos III, donde está ingresada desde el lunes la auxiliar de enfermería Teresa Romero, primera contagiada por el virus del ébola en Europa. Las furgonetas pasan entre las cámaras de televisión –más de una docena- que aguardan al otro lado de la valla exterior novedades sobre el estado de la enferma. Romero, de 44 años, está estable y "hay ciertos indicios que pueden indicar cierta esperanza" en su evolución, ha informado este domingo Fernando Simón, director del centro de alertas y emergencias del Ministerio de Sanidad y miembro del comité especial para la gestión de la enfermedad en España.

La actividad bajó durante el fin de semana en el centro hospitalario madrileño, que en los últimos días había ido vaciando de pacientes de otras patologías para dejar todas las plantas de hospitalización – de la tercera a la sexta- para asuntos relacionados con el virus que ha convertido a España en un foco mundial informativo. La planta quinta está reservada para los casos en observación y el resto para el descanso del personal sanitario y por si se produjeran nuevos casos –aunque fuentes hospitalarias han llamado estos días a la calma y han indicado que eso no significa que deban producirse por fuerza-. Los trabajadores acceden en coches privados o a pie, pero este domingo se controla la entrada. Desde el pasado viernes, cuando el presidente Mariano Rajoy vistió el hospital para reunirse con el equipo médico del centro, y después de que este periódico comprobara el jueves que se podía acceder a la planta de casos en observación sin ningún tipo de restricción, la situación ha cambiado.


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