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28 de junio de 2014

MADRID: Los fallos de los arcos de seguridad disparan los robos en las bibliotecas

¿Están blindadas las bibliotecas públicas del Ayuntamiento de Madrid ante los robos de material? Trasladada esta cuestión a ocho de los 30 centros que componen la red municipal, la respuesta es que en el 50% de ellos no funcionan correctamente todos los arcos de seguridad; alguno de ellos desde hace incluso más de dos años.


En el Área de Las Artes señalan que el mantenimiento de estos dispositivos «no se incluye en el mantenimiento integral del edificio» y que sólo cuando se estropean se «contrata su reparación». El pasado 6 de junio «se recibió el presupuesto» para arreglar los que están ahora defectuosos y «en breve» se realizarán los trabajos pertinentes para volverlos a poner en funcionamiento, tal y como añaden en el departamento que dirige Pedro Corral.

Según ha podido saber este periódico, en las bibliotecas de Francisco Alaya, Vicálvaro, María Zambrano y Portazgo no funciona bien al menos uno de los arcos de seguridad que tienen instalados. Sólo en una de ellas contabilizan que desaparecen entre 100 y 200 materiales al año, «sobre todo audiovisuales». Hasta marzo de 2013, en estos centros públicos del Ayuntamiento de Madrid había «auxiliares de control», una figura laboral que desapareció por efecto de la tijera sobre el presupuesto. «Desde esa fecha, funcionarios municipales han asumido estas funciones», argumentan en Las Artes, donde no niegan que los robos sean un problema.

De hecho, según explican, «en el contrato de seguridad» que está tramitando este área y que se adjudicará el 1 de octubre de este año«se han configurado servicios de seguridad de dos tipos»: el primero, «de horas fijas», en el que van a estar incluidas las bibliotecas y Ana María Matute, que ya cuentan con «un vigilante las 24 horas»; y el otro, en que se dispondrá de personal de control «según las necesidades que se puedan plantear». «Dentro de esta segunda modalidad se incluirá la vigilancia de las bibliotecas Eugenio Trías [en la Casa de Fieras de El Retiro] e Iván de Vargas durante el periodo de apertura de las mismas», añaden. En esta última, el problema no es la sustracción de material público, sino la de objetos personales de los usuarios, como móviles, portátiles y bolsos.

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