Los autobuses de la empresa Transportes Generales Comes que cubren los trayectos desde la capital a las localidades de Puerto Real y San Fernando han ampliado las medidas de seguridad. En concreto, ha dispuesto un vigilante de seguridad en el trayecto que esos autobuses cubren en la ciudad.
Esta medida supone un avance en cuanto a la seguridad de los trabajadores que cubren el servicio coincidente con el regreso de los jóvenes después de la movida nocturna. Según explica Francisco Ríos, del Sindicato Andaluz de Conductores, hasta ahora los vigilantes se limitaban a controlar el acceso a los autobuses solamente en las cabeceras de las líneas, por lo que en el resto de paradas el conductor se encontraba en una situación de desamparo. Además, Ríos especifica que la de la Plaza de España no es la única parada conflictiva, categoría ésta en la que también habría que incluir otros puntos como las cercanas al Paseo Marítimo entre el hospital Puerta del Mar y Cortadura (sobre todo a partir de ahora cuando empiece la temporada veraniega).
Por tanto, la medida viene a mejorar la situación, pero el problema ahora es "que cuando el autobús sale de Cádiz se pone a 80 kilómetros por hora y ahí se pone en juego la seguridad de mucha gente", comenta este conductor que forma parte del comité de Prevención de Comes. Sí puntualiza Ríos que en aquellos casos en los que el vigilante perciba ciertas situaciones de riesgo en el interior del autobús permanecerá durante todo el trayecto.
Francisco Ríos considera que esta medida "mejora considerablemente la seguridad de los conductores, pero no colma nuestras aspiraciones de seguridad". En este sentido, expone que aún queda mucho por recorrer en materia de seguridad de los conductores y del propio servicio. Y ese recorrido pasa por que los autobuses cuenten con mampara de aislamiento del conductor, con cámaras de videovigilancia en el interior de los vehículos, con el llamado botón del pánico (que al pulsarlo se establece contacto directamente con las fuerzas de seguridad) y con la presencia del vigilante de seguridad en la totalidad del trayecto, no solo en el recorrido que hace en el interior de la ciudad.
Los trabajadores de estas líneas de cercanías vienen denunciando los problemas de seguridad que padecen los fines de semana desde hace varios años, ya que aseguran que "es raro que no haya algún altercado" en las primeras horas de servicio de los sábados y domingos. Los incidentes, sucesos, peleas y otro tipo de hechos en los trayectos interurbanos que realiza Comes los fines de semana son constantes, según aseguran los trabajadores, que especifican que la presencia del vigilante de seguridad sería solo entre las seis y las ocho u ocho y media de la mañana. "Son dos horas nada más, pero esas dos horas se nos hacen interminables", concluye Francisco Ríos.
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